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Good People 2017-09-12 | Comentarios:

Hugo Blanco, forjador de la reforma agraria desde la base en Perú

Hugo Blanco, forjador de la reforma agraria desde la base en Perú

 

 

Por: Alejandra María Torres Ciro

 

BuenaGente Periódico conversó en exclusiva con el dirigente campesino e indígena peruano Hugo Blanco.

 

Nos llaman pueblos primitivos y yo no tomo eso como insulto, tienen razón al decirnos primitivos, porque guardamos la organización y la mentalidad que tenía toda la humanidad en sus inicios, cuando era horizontal, cuando mandaba la colectividad, no el individuo y también amaban mucho la naturaleza y había gran solidaridad, entonces por eso es correcto que nos llamen pueblos primitivos. También nos llaman pueblos salvajes y eso tampoco yo lo veo como insulto, salvaje es el que no está domesticado; la gallina es un animal doméstico, el cóndor es un animal salvaje, prefiero que me comparen con el cóndor y no con la gallina.

(Palabras de Hugo Blanco en la Minga por la Paz, la Noviolencia y el Buenvivir realizada en San Juan de Pasto, Nariño en junio de 2017).

 

Hugo Blanco Galdós, principal precursor de la reforma agraria en Perú, nació en Cusco en 1934 y a los 82 años evoca con espléndida lucidez las experiencias vividas y el activismo de más de seis décadas en la construcción de la historia reciente de su país.

 

Como lo describen en la presentación de su libro Nosotros los Indios, “con sus múltiples talentos, carisma e inteligencia, Hugo podría haber sido, sin duda, escritor, periodista, académico, actor o político profesional. Pero optó por ser Hugo: indio, luchador, libertario, amante de la justicia y de la resistencia. Incansable caminante de los senderos de los pueblos”. Su genuino compromiso con la causa indígena lo llevó a dominar en modo perfecto la lengua quechua.

 

El reconocido escritor Eduardo Galeano fue admirador de su lucha al lado de indígenas y campesinos y se refirió así a su doble nacimiento: “En el Cusco, en 1934, Hugo Blanco nació por primera vez…nació por segunda vez cuando tenía diez años. En la escuela recibió noticias de su pueblo, y se enteró de que don Bartolomé Paz había marcado a un peón indio con hierro candente…esa marca marcó a Hugo para siempre. Y con el paso de los años, se fue haciendo indio este hombre que no era, y organizó los sindicatos campesinos y pagó con palos y torturas y cárcel y acoso y exilio su desgracia elegida”.

 

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En 1954 se desplazó a la Argentina con el propósito de hacer estudios universitarios, “el Perú estaba en manos de los hacendados como digo de gamonales, yo estaba estudiando agronomía porque me gustaba el campo, pero después me puse a pensar, bueno ¿y cuando sea agrónomo a qué hacendado o gamonal voy a servir? o ¿yo mismo voy a tener que ser hacendado? porque en ese entonces no se podía trabajar, ahora se puede, para el campesinado, en ese tiempo no se podía”, así decidió dejar la carrera y regresar al Perú.

 

Su activismo social inicia, posiblemente, desde sus años en la secundaria cuando participó en una huelga estudiantil para destituir al director del colegio. En Argentina conoció el movimiento trotskista y tuvo los primeros acercamientos a los grupos sindicales; a su regreso a Perú integró el Partido Obrero Revolucionario. Posteriormente, estuvo vinculado a numerosos procesos sociales y políticos que reivindicaban mayor democracia y derechos fundamentales para indígenas, campesinos y obreros, tales como: Federación Departamental de Trabajadores del Cusco; Confederación Campesina en el Perú; Cordones Industriales; Frente Obrero, Campesino, Estudiantil y Popular y el Partido Revolucionario de los Trabajadores. Igualmente lideró la fugaz actividad de la Columna guerrillera Brigada Remigio Huamán, la cual fue conformada por decisión del Sindicato Agrario Chaupimayo como forma de autodefensa ante la feroz represión de las fuerzas gubernamentales que defendían los intereses latifundistas.

 

Hugo Blanco ha sido perseguido tanto por las fuerzas de seguridad peruanas como por la extrema izquierda de Sendero Luminoso, lo cual lo llevó al exilio en países como México, Argentina, Chile y Suecia. Hizo catorce huelgas de hambre, en una de ellas, cuando presentó un preocupante deterioro en su estado de salud, el Ministro del Interior le envió como regalo un ataúd.

 

En la primera mitad de los años 60 fue arrestado y amenazado con la pena de muerte, de la cual se salvó gracias a una intensa campaña liderada por Amnesty International y por renombrados intelectuales como Simone de Beauvoir y Jean-Paul Sartre. Finalmente fue condenado a veinticinco años de prisión pero salió a los siete años con la Ley de Amnistía para los guerrilleros en 1970. El gobierno le pidió participar en la implementación de la reforma agraria diseñada por instituciones estatales, a lo que él respondió: “voy a trabajar pero con una condición, que no se haga la reforma agraria que me da la gana a mí, pero tampoco la que quiere el gobierno, que se pregunte a cada sector campesino cómo quiere la reforma agraria, si es en parcelación, se parcela; si es comunidad, se hace comunidad; si es en cooperativa, se hace cooperativa. ¡Santo remedio! uno no le puede plantear a un gobierno dictatorial que sea democrático, me prohibieron salir de Lima y después me deportaron a México”.

 

En Perú no está aprobada la deportación y sin embargo fue deportado tres veces. Lo condenaron a pena de muerte en dos ocasiones. En 1976, estando exiliado en Suecia, fue elegido para integrar la Asamblea Nacional Constituyente que permitiría el paso de la dictadura a la democracia en Perú: “inicié otra gira por España diciendo ‘soy Constituyente electo en el Perú y no puedo regresar a mi país’, entonces se dieron cuenta que más daño les hacía afuera que adentro y me permitieron regresar”. En los años 80 fue elegido Diputado y Senador de la República por alternativas de izquierda hasta 1992 cuando Fijimori disuelve el Congreso.

 

Actualmente Hugo Blanco dedica sus energías a apoyar iniciativas de movilización y concientización sobre la destrucción del planeta, acelerada por el sistema económico dominante que sacrifica el interés colectivo en beneficio de pocos pero poderosos sectores sociales. Luchas nacionales e internacionales contra la gran minería y por la defensa del agua, la vida, la madre tierra  y los territorios, así como de los pueblos indígenas y campesinos ocupan hoy  su atención.

 

Igualmente lidera el medio escrito Lucha Indígena y se solidariza con las causas sociales en Perú y el continente, enfatizando en la importancia de articular esfuerzos entre las distintas iniciativas reivindicativas: “hay luchas abajo, pero lo que falta es coordinación. Somos muchos los que luchamos pero estamos desunidos… hagamos esfuerzos por coordinar las luchas sociales, por coordinar lo más posible las luchas internacionales”.

 

Fotografía: Cortesía de Pueblos en Camino.


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