Por: Dara Camila Franco Alarcón
Conversamos con Luis Felipe de Dávila Isaavedra, mejor conocido como “Felipe Tutupá”, esposo, padre, músico y fundador de Tutupa, una iniciativa que con la música y el beat del tambor busca comunicar el mensaje que trae vida, aliento y esperanza al corazón.
BGP: ¿Qué es Tutupá y cómo inició?
Felipe: Tutupá es una entidad sin ánimo de lucro radicada en Armenia – Quindío, que utiliza el tambor para hacer proyectos culturales con base social en diferentes poblaciones y para, de alguna manera, conectar con la gente y llevar vida y alegría al corazón de las personas.
¿Cómo nace?, digamos que en mí hay una afición desde muy muchacho por querer tocar el tambor, tocar salsa, música latina y todo eso. Aprendí de manera empírica. Cuando estudié en la universidad otra carrera distinta, la música siempre me acompañó. Luego que salí a ejercer lo que estudie, pero la verdad cansado de ese tema dije: no, ¡yo quiero vivir es del tambor! ¡Yo quiero utilizar el tambor para comunicar la buena noticia a las personas, quiero llevar vida al corazón de las personas por medio del tambor! Y Dios me permitió configurar un show con elementos reciclables y empezamos a ir a colegios, fundaciones, luego nos invitaban a shows, a inauguraciones, montamos proyectos como giras y ahí empezó a nacer.
Inicialmente se llamaba “proyecto tambor: la banda de baldes” y todo giraba sobre este tema, pero, años después se dio ese nombre que identifica muy bien lo que hacemos que es esa onomatopeya “tu, tu, pá” que la creó mi hijo cuando tenía año y medio o algo así, porque desde muy chiquitico él me pedía baquetas, me decía “aqueta, aqueta, aqueta” entonces yo entendía que era unas baquetas pa’ tocar el tambor y luego dijo “pa, tu, pá” un poquito más grandecito y yo dije: ¡esa es la marca! Y de ahí empecé a pedalear y dije sí, a través del ritmo se pueden lograr cosas interesantes. Dios ha puesto el ritmo del corazón en la gente, nosotros nos apartamos de ese ritmo y la idea de Tutupa es que la gente perciba ese ritmo y vuelva a Él. De ahí se desprende toda nuestra filosofía.
Y así nació Tutupá: querer vivir del tambor, querer llevar vida y alegría a las poblaciones por medio de proyectos que no sólo muestran un show sino también enseñan a tocar el tambor.
BGP: ¿Con qué población trabajan?
Felipe: Principalmente hemos trabajado con niños y adolescentes, pero hemos desarrollado proyectos con poblaciones de todas las edades prácticamente, desde primera infancia hemos hecho formación, también hemos hecho conciertos para adolescentes y jóvenes. Hemos adelantado procesos de formación con adultos mayores. Tratamos de empezar uno con chicos con enfermedades huérfanas y ahí estoy pedaleando en cómo, a través del tambor, puedo ayudar a personas que tienen ciertos padecimientos, funciona como una forma terapéutica también. Podemos decir que es muy amplio el público pero cuando nos enfocamos en un público específico, desarrollamos especialmente una pedagogía para cada grupo objetivo y también para cada comunidad, porque llegamos tanto a comunidades vulnerables de la ciudad o del país, donde sea que nos inviten, pero también llegamos a empresas, cajas de compensación o a instituciones estatales como Coldeportes que nos invitan a hacer aperturas de eventos, talleres motivacionales, entonces es muy diverso el público objetivo.
Fuente: Archivo Personal Tutupá
BGP: ¿Por qué la música es un medio para transmitir buenas noticias y construir esperanza?
Felipe: Yo creo que la música es inventada por Dios, particularmente creo que el ritmo es lo primero que Dios pone en el corazón humano. Cuando una mamá se da cuenta que está en embarazo y va a la ecografía, lo primero que se siente es el sonido del corazón, sí, el ritmo. Creo que el ritmo de Dios está en el ser humano.
La música tiene el poder de generar sensibilidades, de hacernos observar, de hacernos reflexionar, de hacernos llorar. Si estamos entusaos, es como “hey, necesito algo de música”, si estoy triste, si me quedé sin trabajo, de alguna manera la música consuela, nos pone a pensar; entonces es un vehículo “muy sencillo” para llegar al ser humano y es una conexión que viene desde el principio, desde que somos engendrados. Ese ritmo nos gusta, quieranlo o no las personas siempre están llevando el pulso cuando escuchan una canción, incluso hay canciones que uno no escucha o música que uno no escucha y de pronto sonó el disco que está de moda en la radio y usted se lo sabe, y no sabe por qué. Entonces, es un vehículo que llega al corazón por medio de todos los sentidos prácticamente y se pega ahí en el hueso llevando el mensaje que sea.
BGP: ¿Cómo podemos construir espacios que impacten y transformen las realidades de otros?
Felipe: Deberíamos crear juntanzas, cooperar entre artistas, entre las diferentes comunidades y como personas tener empatía con la necesidad del otro. Estos pelaos, estos niños, no tienen espacios de entretenimiento, aquí el Estado no llega, por ejemplo a las escuelas lejanas no llega nadie, es ahí donde nos preguntamos ¿Cómo cooperamos? No sólo pensando en la necesidad sino llegando con propuestas que sean atractivas, formas alternativas, solladas, diferentes. Es importante entender las necesidades de cada población y saber cómo paso a paso puedo conectar con ellos para que lleguen a ser partícipes y constructores de esperanza. Como artistas disponernos, no sólo a pensar en nosotros mismos de una forma egoísta, sino que con nuestros utilizar esos sencillos golpes de tambor para alegrar el rato de las personas. Si no me dispongo, no puedo hacer nada.
BGP: Retos y Dificultades
Felipe: Hay muchos, pero creo que uno de los retos principales es vencer el miedo y la incredulidad hacia nuestro propio talento, creer que lo que hacemos sí puede tocar vidas. Siempre hay conexión entre lo que puedo hacer desde esta ciudad tan chiquita y lo que he hecho con el show de percusión en otras ciudades a las que Dios me ha llevado. Creer, poner en práctica y cooperar, buscar y encontrar gente que tenga la misma visión y que con su talento quiera pedalear con uno, encontrar músicos que por encima del billete tengan un corazón que digan “quiero llegar a esas comunidades y enseñar, quiero sembrar la semilla de vida, quiero sembrar también el aprendizaje del tambor”, entonces es un reto conseguir esas personas y cooperar con ellas.
En cuanto a las dificultades, de alguna manera la ausencia del dinero lo pone a uno entre la espada y la pared para la manutención. Todos los días hay necesidad de que la gente escuche, gente que quisiera recibir conciertos, las escuelas y la gente quisieran recibir talleres, pero nadie quiere pagar, nadie quiere dar aportes económicos, lo que me ha hecho pensar en volver a un trabajo normal porque necesito sostener la casa y no tengo patrocinio, no tengo quien me sostenga y eso lo bajonea a uno seriamente. Otra dificultad, es muchas veces decir “no hago porque no tengo”, pero paso a paso hemos aprendido a decir “qué hago con lo que tengo y no voy a esperar a tener algo para poder hacer”. Uno se la pasa pensando “hay si yo tuviera un carro más grande seguro llevaba más cajones o iba a otros lugares o “si yo fuera profesional en música entonces…”, esto de alguna manera es una dificultad que se convierte en el reto de cómo salir de ahí.
BGP: Datos de Contacto
Felipe: Para más información comparto mis datos de contacto: Teléfono: +57 317 4595045. Facebook/Instagram @tutupa.co, en Youtube https://www.youtube.com/@tutupa1778 pueden encontrar algunos procesos de formación en diferentes instrumentos y lectura rítmica. En Armenia estoy ubicado en el barrio La Patria, allí tengo los instrumentos, hago algunos talleres y tengo también un taller de lutería en el que construyo cajones para darle a las poblaciones a las que enseño cuando tengo proyectos grandes.
Para quienes nos quieran visitar, la dirección es: Mz. 64 Casa 24 La Patria. No hay mayor cosa, hay tambores por todos lados.
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