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Good People 2020-07-06 | Comentarios:

Pequeños pasos hacia la justicia social

Pequeños pasos hacia la justicia social

 

Georg Miethke en la “Tienda Un Solo Mundo” en su residencia para adultos mayores en Krefeld, Alemania. Cortesía: Reinhard Strüven. Relaciones Públicas, Caritas.

 

Por: Stephan Miethke y Luisa Otero

 

Buena Gente periódico quiere honrar la vida de Georg Miethke, esposo, padre, abuelo, ciudadano del mundo. Georg desde muy joven fue consciente de su responsabilidad como ser humano, apoya a muchas personas, algunas se encuentran cercanas a él, otras viven lejos y probablemente no las conoce. Con 91 años nos da una lección de existencia: cualquier momento de nuestra vida es propicio para actuar en pro del bienestar ajeno.

 

Apartes de una crónica de vida

 

En pleno invierno, a finales de enero de 1945, Georg (Jorge en español) huye con su mamá y dos de sus hermanos menores por causa de la II Guerra Mundial. La nieve está alta, la temperatura bajo cero, y el tronido de la artillería se escucha claramente. El Ejército Rojo está avanzando desde el sur en contra de su ciudad natal Elbing, hoy Polonia. Sin saberlo, en menos de tres meses la guerra va a terminar: luego, así lo espera la familia, pueden regresar a casa y ver al papá y al hermano ausentes.

 

Las cosas se desarrollan de manera diferente. Georg, quien celebra en estos días sus cumpleaños 91, recuerda: “Dios lo pensaba bien con nosotros. Mi papá y mi hermano Werner habían sobrevivido a la guerra también. Gracias a una tía en Berlín volvimos a encontrarnos en Krefeld, en el otro extremo de Alemania, en el occidente.” Hasta hoy en día está agradecido con su papá Alfred: “No voy a dejarles riquezas”, les dijo, “pero voy a hacer todo para que cada uno de ustedes obtenga la formación que anhela.” Y cumplió: Georg es comerciante profesional, uno de sus hermanos es ingeniero y el otro maestro de instalaciones eléctricas, su hermana es contadora.

 

Georg aplicó la filosofía de su padre en su propia familia. Cuando conoce a Úrsula ─es amor a primera vista─ Alemania está todavía en escombros. La familia de Úrsula perdió todo por la guerra y Georg como refugiado también es sumamente pobre. Con confianza en Dios y optimismo se arriesgan al matrimonio que perdurará casi 61 años. Siete hijos nacen de esta relación y todos reciben la formación que ellos anhelan.

 

Poco después de terminar su formación de comerciante técnico en un almacén mayorista, la dueña lo encarga de su dirección. Con los años logra ser coproprietario y, finalizando su carrera profesional se convierten él y su hijo Norbert, el tercero de sus hijos, en propietarios únicos. Actualmente, Norbert dirige la empresa. La mayor de todos, Barbara, es empresaria y lidera como pedagoga su taller de artes de baile. Christoph, el quinto, es empresario y dirige una firma internacional. Irmgard (la cuarta) y Hildegard (la penúltima de sus hijos, quien muere de cáncer) son educadoras profesionales. El menor de todos, Johannes, trabaja como fisioterapeuta y especialista en el método Feldenkrais[1].

 

A los 64 años Georg entrega la dirección del almacén. Un poco antes se jubila también Úrsula, después de 15 años laborales. Por las circunstancias de la guerra ella nunca terminó sus estudios escolares. Como madre de siete hijos regresa a los púlpitos del colegio, termina su formación, luego estudia educación. Después del año rural se encarga de la dirección de un kinder católico con 150 niños y niñas. Entonces Georg cumple junto con su querida Úrsula un anhelo de hace mucho tiempo, se mudan a la casa de sus sueños en la orilla del lago de Ratzeburg, 60 km al oriente de Hamburgo.

 

Georg Miethke. Cortesía: Reinhard Strüven. Relaciones Públicas, Caritas.

 

Úrsula y Georg se conocieron por su compromiso con la parroquia católica de San Pedro en Krefeld-Uerdingen, en la cual bautizaron a todos sus hijos. Toda su vida tienen un compromiso en el ambiente de la Iglesia. Por eso buscan integrarse a la parroquia católica en Ratzeburg.  Pronto, este lugar idílico atrae a toda la creciente familia. Actualmente, Georg cuenta, aparte de sus siete hijos y sus parejas, con una multitud magnífica de 22 nietos y 12 bisnietos.

 

Todos hacia Un Solo Mundo

 

El compromiso en la parroquia se extiende por todo el año. Allí, Georg detecta un campo de acción nuevo en el cual sus experiencias profesionales se evidencian literalmente como ganancias. Se integra al grupo de la “Tienda de Un Solo Mundo” en el cual voluntarios venden a los fieles mercancía de los llamados “países del sur” por un precio justo. De esta manera se pretende ayudar a pequeñas cooperativas —como productoras de cacao en Camerún o café en Colombia— a obtener un ingreso seguro y suficiente[2]. En muchas comunidades católicas y evangélicas de Alemania existen estas tiendas.

 

En el grupo de “Un Solo Mundo” su talante de comerciante resalta. Muy pronto Georg asume la responsabilidad de la compra de la mercancía en la GEPA[3] en Hamburgo (donde viaja para recogerla en su propio auto), calcula los precios y participa en la venta; los domingos, después del culto, ofrecen los bienes del comercio justo a los visitantes de la misa. La pequeña ganancia obtenida se dona a proyectos sociales en los países del sur. Además, realizan actividades con el fin de recolectar fondos para el mismo efecto.

 

La idea del comercio justo repercute en la sociedad ratzeburguense y también en la comunidad evangélica. En conjunto fundan una asociación sin ánimo de lucro, se arrienda un local y se amplía el surtido. Por parte de los católicos participa Georg. Con las fuerzas unidas recolectan los fondos para financiar, por ejemplo, una buseta para el ancianato en el municipio de El Líbano en el Norte del Tolima. Ayudar precisamente a proyectos en Colombia se debe también a la iniciativa de Georg.

 

Un hilo rojo entre Colombia y Alemania

 

Hacia finales de 1991, Stephan, el segundo de sus hijos, trabaja como cooperante en la Pastoral Social de la Diócesis Líbano-Honda. Además, colabora en la fundación del “Hogar del Niño”, proyecto que hasta hoy es muy importante para él y para Georg. Niñas y niños abandonados y en alto riesgo de terminar en la calle son acogidos, se les ofrece vestuario, alimentación y atención médica. Allí se vela por su formación escolar, la clave para una mejor perspectiva del futuro ─Stephan y Monseñor José Luis Serna, obispo de Líbano, fundador del “Hogar del Niño” comparten esta convicción─. Dentro del marco de la fundación se fomenta la formación a través del programa especial San Nicolás.

 

En octubre 1994, Georg visita a su hijo en Colombia y obtiene conocimientos por experiencia propia. Las impresiones del viaje fortalecen el compromiso en su propia parroquia. Úrsula y Georg son clientes de la “Tienda de un solo Mundo”; desde su visita a Colombia no hay una sola taza de café en su casa en Ratzeburg que no sea preparada con café colombiano del comercio justo. Esta práctica no cambia al trasladarse a Krefeld para vivir más cerca de los hijos y nietos, en el 2011. Allí también existe una “Tienda de Un Solo Mundo” donde consiguen su café. Por razones de salud se mudan a una institución de vivienda atendida[4]. Úrsula muere en septiembre 2014.

 

Aunque en el 2016, el grupo “Un Solo Mundo” de Krefeld se disuelve, Georg no renuncia a su café del comercio justo. Tiene 87 años, pero todavía está muy ágil y de espíritu emprendedor. Decide abrir su propia tienda en la institución de vivienda atendida. La dirección aplaude su iniciativa y le facilita un espacio para su tienda. Lo conocen como un hombre dinámico; una vez por semana lee en voz alta a unos compañeros interesados textos de literatura. Además, contrata a los presbíteros para la misa y las liturgias ecuménicas y, en ausencia de ellos, las celebra él mismo. Ofrece ─como resalta orgullosamente─ el servicio a domicilio gratuito (entrega la mercancía puerta a puerta dentro de la institución). Hace tiempo se ganó a familiares y gente conocida como clientes.

 

Las personas saben que las ganancias fomentan la formación escolar de niñas, niños y jóvenes en Colombia, y algunos pagan más del precio estipulado. Todo se dona al programa San Nicolás. Así, Georg aporta a la formación escolar de niñas, niños y jóvenes marginados en la Diócesis Líbano-Honda. “En realidad, estoy continuando la tradición establecida por mi papá”, dice Georg con una sonrisa pilla en la cara. “Si pienso en mis nietos y bisnietos, estoy agradecido con Dios porque tienen la oportunidad de realizar sus talentos lo mejor que pretenden. Si puedo aportar a que ello también sea posible para una u otro niño en Colombia, me siento feliz” concluye.

 

Fotos fuente: William Tellez y Stephan Miethke


[1] Un cierto método de terapia desarrollada por Moshé Feldenkrais.

[2] La ganancia resultado del precio más alto se hace llegar 100% al productor original.

[3] GEPA – The Fair Trade Company es el importador europeo más grande de alimentos y artesanías comercializados desde los países del sur del mundo. Registrada como Gesellschaft zur Förderung der Partnerschaft mit der Dritten Welt mbH = Sociedad para el fomento del gemelaje con el Tercer Mundo; de allí la abreviatura.

[4] Con mucha autonomía, pero, por ejemplo, con servicio de restaurante o de atención de enfermera.


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