Colaboración Especial por: Daniela Suárez Rivera*
La riqueza cultural de la diáspora africana en Colombia es incalculable. Los pueblos originarios, que nos conectan con la cuna de la humanidad y que en el pasado fueron esclavizados, hoy siguen resistiendo a través de sus tradiciones culturales en un país que enfrenta retos tan grandes como la desigualdad social, la discriminación y la ausencia estatal en ciertos territorios.
Durante el mes de mayo se conmemora la diversidad cultural, la herencia africana y la identidad afrocolombiana. A nivel nacional, tenemos la fortuna de contar con comunidades afro que día a día buscan mantener vivo el legado de sus ancestros, salvaguardando saberes únicos para la humanidad.
En el caribe colombiano encontramos un ejemplo de territorios resilientes en los que, a través del tiempo, se han logrado mantener vivas las tradiciones ancestrales africanas. El corregimiento de San Basilio de Palenque, más conocido como el “ombligo de África en América” por haber sido el primer pueblo negro libre de la región, ubicado en el departamento de Bolívar, al día de hoy es una comunidad que posee prácticas tradicionales heredadas de sus ancestros africanos. Éstas abarcan desde el campo musical hasta la medicina tradicional, siendo un cúmulo de expresiones declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en el año 2005.
Es por esta razón que Buena Gente Periódico decidió hacer un reconocimiento especial a la comunidad palenquera, a través de la labor de Ana Cañate Mercado. Doña Ana es una palenquera de cincuenta y ocho años que lleva más de la mitad de su vida preparando la famosa “Manteca negrita”, caracterizada como una medicina propia de la comunidad. Esta fórmula, muy similar a la manteca de karité que se da en áfrica y que tiene fines cosméticos, en Palenque proviene del árbol de corozo y como lo define doña Ana “es un aceite que sirve para peinar, también de remedio para la rasquiña y hasta para cocinar”.
Doña Ana ha logrado mantener viva esta tradición de generación en generación dentro de su comunidad. Tuvo conocimiento de la manteca negrita y su proceso de elaboración gracias a su madre, pues cuando la ayudaba a recoger y apilar el fruto, pudo aprender la técnica; además de ser un conocimiento heredado de su abuela y bisabuela, quienes en vida se dedicaron a la preparación de este gran producto natural.
En cuanto a su proceso de elaboración, doña Ana cuenta que “primero la mata de corozo se recoge en el monte, de ahí se saca el fruto, se espulga, se cocina, se pila, se lava, se tritura, se vuelve a recoger y luego se frita. Después del fritado, hay que dejarla que se asiente para sacar la manteca y que así quede amarillita y luego negra”. Doña Ana también advierte sobre la importancia del tiempo de cocción del corozo “toca estar pendiente de que no se le meta la candela, porque al pasarse en candela, esa manteca ya no sirve. Y no crea, este oficio también tiene sus riesgos: recuerdo muy bien una de las tantas veces que la estaba preparando, tenía la candela abajo y cuando ya fui a voltearla para echarla en la olla, me quemé el pie y la mano, aún tengo la marca”.
Esta manteca negrita al ser mezclada con azufre y aplicarla en la piel, logra disminuir la rasquiña del cuerpo causada por los granos, es allí donde cumple su función de medicina tradicional. También, por su textura, se ha convertido en un infaltable a la hora de realizar los bellos peinados y trenzas en el cabello afro característicos del territorio, pues logra proporcionar suavidad, brillo, facilidad de manejo y cuidado. Además, es usada como aceite para hacer arroz y otros alimentos autóctonos de la comunidad.
Son considerables los beneficios de este tesoro ancestral africano, pues gracias al trabajo con la manteca negrita, muchas otras mujeres como doña Ana han logrado mantener parte de la economía y sustento de sus hogares. A la fecha continua la comercialización a nivel local, aspirando que su distribución pueda extenderse nacionalmente.
Desde Palenque para el resto de Colombia se desea mantener viva la memoria de esta práctica tradicional, pues la manteca negrita como producto natural nos recuerda que estos conocimientos provenientes de otro continente son riqueza cultural de nuestro país.
*Comunicadora Social – Periodista; danisuariv@gmail.com
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