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Good People 2020-03-20 | Comentarios:

EL CENTINELA DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS: Martin Von Hildebrand

EL CENTINELA DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS: Martin Von Hildebrand

Por: Luisa Otero

Martin Von Hildebrand, antropólogo nacido en Estados Unidos, llegó de niño a Colombia en 1948. De su padre alemán, cuya familia había huido de la Alemania nazi, y su madre irlandesa, heredó la capacidad de luchar por la justicia y hacer resistencia. Su labor por el reconocimiento de los pueblos indígenas, sus territorios y su cultura fue reconocida en 1999 por el Right Livelihood Award, conocido como el Premio Nobel Alternativo. Von Hildebrand nos impregna el respeto por las comunidades con las cuales ha vivido, su compromiso por el conocimiento y la defensa de su forma de vida, su territorio y su particular relación con el medio ambiente.

 

La lucha por los pueblos indígenas

En un viaje de 4 meses por río “a remo”, Von Hildebrand conoce la Amazonía colombiana en el año de 1972. Conmovido por la realidad de los indígenas, decidió quedarse un tiempo y trabajar por la independencia de estos pueblos de la esclavitud de los caucheros y del endeude.

Al llegar, este etnólogo encontró el territorio habitado por las misiones católicas. Estas tenían un contrato con el gobierno para adoctrinar y civilizar a los indígenas. Existían orfelinatos donde ingresaban los niños indígenas a los 6 años. Además, estaban los caucheros quienes utilizaron mano de obra indígena esclava para la extracción del caucho ― una historia que comenzó en el siglo XVII y llevó al exterminio del 90% de los grupos indígenas―.

Los indígenas, vistos como objetos, sin derechos, eran endeudados con insumos y artículos para sobrevivir, deudas que se demoraban años en pagar. Un indígena le contó que había pedido una máquina de coser para su esposa, al momento llevaba 35 años pagándola. A través de abogados y de sistemas alternativos empezaron a manejar la extracción y la venta, sin necesidad del patrón ni del endeude. Ese sistema perverso, al que no se opusieron las comunidades religiosas, tuvo cómplices en el poder político hasta 1974, cuando termina la cauchería.

Estos pueblos han vivido en sus territorios desde tiempos inmemoriales, “siempre ha sido su tierra”. Por eso su primer sueño fue lograr ese reconocimiento, aunque los indígenas dicen: “la tierra es de los ríos, de los pájaros, de los animales. Nosotros somos la tierra, la tierra nuestra”, era necesario conseguir la certificación de la tenencia de millones de hectáreas de tierra y lograr la autonomía de los indígenas, su independencia de las misiones religiosas con sus escuelas, sus gobiernos y el fortalecimiento de sus sistemas de salud.

Trabajando para el Instituto Colombiano de Antropología, su misión quijotesca inicia, vive con los indígenas por 2 años, ya lleva 45. En los 80 trabaja con Belisario Betancur en el Ministerio de Educación y luego como director de Asuntos Indígenas, con Virgilio Barco. En el gobierno de César Gaviria participa en la Constituyente del 91, tantos años fueron necesarios para “conseguir las tierras, montar las leyes para que se reconocieran los derechos indígenas”.

En 1990 funda GAIA Amazonas con el fin de acompañar a los indígenas para que manejaran sus territorios, gobiernos, educación y proyectos productivos dentro de la cultura tradicional. Todo un desafío intercultural para que los pueblos indígenas trabajaran con el gobierno occidental, sin perder su autonomía. En 1999, ya alcanzados los derechos de 26 millones de hectáreas de tierra, recibe el Nobel Alternativo.

Una nueva iniciativa es establecer un corredor ecológico cultural entre 8 países, comenzando en Colombia en la Cordillera Andina y el norte del río Amazonas que llegue hasta el Océano Atlántico. Unificar 250 millones de hectáreas de territorios indígenas y áreas protegidas para conservar y manejar de manera sostenible el norte del Amazonas, principal canal de agua.

Von Hildebrand da un contundente mensaje “a la gente se le olvida que si los ríos bajan los ríos suben. Hay ríos voladores, son las nubes que traen toda el agua y que llegan a la cordillera y nos trae agua a todos nosotros. Estas nubes que se evaporan no sólo del mar, sino en la selva misma ―porque los árboles son como pitillos― también chupan el agua bajo el suelo y lo van evaporando y esas nubes nos traen el agua”. Insiste en cuidar esos ciclos hídricos y la importancia de conservar el territorio y a los pueblos indígenas, sus guardianes.

 

Gaia para la Amazonía

La fundación GAIA Amazonas está conformada por un grupo de 20 personas, entre biólogos, antropólogos, pedagogos, economistas e indígenas que trabajan por el territorio, los derechos, el gobierno y el manejo ambiental tradicional de estos pueblos. Apoyados por la cartografía, el registro de información en idiomas tradicionales traducidos al español, se han fortalecido el conocimiento, la divulgación y la comprensión de sus rituales, los sitios sagrados, el manejo del flujo de energía, el chamanismo y el papel de las mujeres. Se ha construido un puente entre la vida tradicional indígena y la cultura occidental.

El trabajo con proyectos productivos ha tenido desafíos como la administración de los recursos. Los indígenas tienen plata para educación y salud del Sistema General de Participaciones, sin embargo, deben saber cómo manejarla. El área financiera presenta inconvenientes, no hay bancos y el indígena a cargo tiene que atravesar la reserva repartiendo plata y luego rendir cuentas.Siempre hay un intermediario dispuesto a ordenar el papeleo por un 10% o 20% del presupuesto. Es necesaria la articulación entre el mundo indígena y el occidental, en este caso el sistema bancario y el acceso al mercado.

También se ha erosionado el concepto de lo colectivo. La economía indígena es solidaria, cualquier excedente se reparte entre todos, no se acumula, no es individualista, “si a usted le sobró algo me lo da hoy y si me sobró algo se lo doy a usted mañana, yo cuento con usted y usted cuenta conmigo”. La economía de mercado es individualista, acumulativa y competitiva ¿cómo articular dos economías en una misma persona? Ellos trabajan en mingas, la construcción de una maloca es colectiva. Pero cuando el gobierno pone plata todo se complica, el día que no hay plata no trabajan. Los indígenas vinculados con GAIA son contratados directamente por su comunidad para cuidar la toma de decisiones y las responsabilidades de la organización indígena.

 

Apartes de una lucha

Von Hildebrand dice que organizar gente es difícil, hay emociones, envidia y competencia por la plata.  Hay diferentes grupos, unos se infiltran para causar desorden, es necesaria una posición neutral.

Hacia los años 80, los caucheros introdujeron la coca, pero se retiró. Por las características del suelo las plantas no producían suficiente alcaloide para competir en el mercado. Se trajo la pasta de Perú y Ecuador y con plantas modificadas el cultivo llegó al piedemonte. La droga ha afectado a los jóvenes; la gente contaminada con la droga afecta a la comunidad.

Aunque no hubo paramilitares sí llegaron las FARC. No hubo confrontación ni conflicto. Las comunidades han mantenido la unidad y llegaron a acuerdos de paz, incluso antes que los de La Habana, así concertaron “que no se llevaran a ninguno de la comunidad, que no traficaban con la coca o no comercializar con la coca, no entrar con armas en las malocas o no molestar a la gente porque sale de noche porque está de cacería o de pesca”.

Cuestiona la falta de voluntad política, la corrupción y los intereses económicos. Son necesarias más organizaciones civiles con propuestas propias apoyadas por el Estado, que surjan de la misma gente que busca respuestas. Cree que sí hay soluciones y que, trabajando con las bases, con la gente, un plan, transparencia en el presupuesto y perseverancia, sí se puede.

 

Los alcances de la resistencia

Hoy estos pueblos indígenas no son esclavos de la cauchería. Dueños del 55% del Amazonas, la cuarta parte del país, tienen sus propias escuelas, organizaciones y gobiernos. Los beneficiarios son pueblos indígenas que habitan especialmente los departamentos de Amazonas, Vaupés y Guainía, unos 55 grupos. Hoy Colombia es un referente a nivel mundial en cuanto al manejo de los derechos y territorios indígenas del Amazonas.

Von Hildebrand resalta que los indígenas tienen conceptos muy claros en el manejo ambiental y la convivencia: “los occidentales no hemos encontrado la solución, no tenemos la mejor solución, hemos hecho cosas fantásticas, pero también hemos deteriorado el medio ambiente, hemos creado una inequidad y una injusticia”. Nos invita a aprender de las más de cuatro mil culturas que hay en el mundo que difieren de la nuestra en cuanto a espiritualidad, filosofía y relación con el medio ambiente, “tomemos en serio al otro” puntualiza.


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