Jóvenes de la Primera Línea en Colombia lideran una fundación para promover los derechos humanos, la solidaridad y la resistencia pacífica.
La Casa Museo de Tumaco no se puede acabar. Es la escuela de paz de los jóvenes del territorio y salvaguarda la memoria de las violaciones a derechos humanos para garantizar la no repetición.
Hablar de paz y llevar a cabo prácticas de noviolencia requiere de la participación y las voces de todos los actores, de un compromiso y entendimiento histórico de lo que ha sido y es Colombia.
Un llamado a sanar, un llamado a abrazarnos, a generar mecanismos, a escucharnos y reflexionar en la búsqueda de rutas que nos lleven a la paz, la reconciliación, la verdad y la esperanza son los retos que nos deja nuestra conversación con Esteban Sosa integrante de la Asociación de Familiares y Víctimas de Desaparición Forzada en el Caquetá, Colombia.
Honrar la memoria de los caídos en el Paro Nacional es darle eco a las voces que se apagaron. Un momento para pensar en la necesidad de cambio desde el interior de cada uno de nosotros.
Destacamos la memoria del Acuerdo de Paz de 1987, entre la hoy Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare (ATCC) y los actores armados, legales e ilegales, que violentaban su territorio.
Gracias a su capacidad de liderazgo, gestión económica y social en las comunas nororientales de Barrancabermeja-Santander, "Merquemos Juntos" recibió en 2011 el Premio Nacional de Paz.
Por medio de la literatura, niños y niñas de diferentes barrios, veredas y resguardos indígenas del Caquetá aprovechan mejor su tiempo libre, potencializan sus talentos y fortalecen sus valores
Hablamos con Pastora Mira, lideresa de víctimas de San Carlos-Antioquia y referente nacional de resiliencia y perdón. Su historia, tan conmovedora como ejemplar, es un relato excepcional de esperanza