Escrito por: Jose Luis Rivera García
“Compartir mi experiencia es decir a las personas que me escuchen que sí podemos, que el cambio es posible a pesar del dolor, a partir de este trueque de ideas”. Luz Marina Bernal. Vocera Madres de Soacha. V Foro Internacional de Noviolencia.
Mientras habla se expresa con claridad, sin titubeos ni eufemismos. Su dolor, su lucha y su convicción se funden en su relato, hecho palabras y teatro. Hizo parte de la experiencia de las Madres de Soacha, hoy prefiere hablar más desde su perspectiva, no pretende quitarle voz a las otras víctimas, sin embargo la suya sigue siendo ineludible en el ámbito de los derechos de las víctimas de ejecuciones extrajudiciales, conocidas en Colombia como ‘falsos positivos’y las formas de aportar a la paz pese al daño irreparable que significa la pérdida de un hijo.
El 23 de septiembre de 2008 se creó el grupo de las Madres de Soacha, tras la desaparición forzada de 19 jóvenes. Desde entonces han exigido la verdad sobre lo que pasó con sus hijos. Luego conocerían que miembros del Ejército Nacional de Colombia, con el afán de mostrar resultados y recibir beneficios, habían engañado a los jóvenes con promesas de empleo, trasladándolos hasta Ocaña – Santander para luego asesinarlos y presentarlos como bajas en combate, pertenecientes supuestamente a grupos guerrilleros.
Lejos de amilanarla, la desaparición de su hijo convirtió a Luz Marina en una activa defensora de derechos humanos, su voz denuncia con convicción la desaparición forzada y las ejecuciones extrajudiciales en el país, busca la construcción de memoria, el reconocimiento de la verdad tras estos hechos victimizantes y propende porque actos similares no se repitan, trabajando conjuntamente con organizaciones de base e instituciones tales como Amnistía Internacional, Intermon Oxfam, Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes De Estado y el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo.
Lo que la hace persistir, pese a constantes amenazas, la continuación de casos de ejecuciones extrajudiciales, la impunidad y el ocultamiento de la verdad, es “el amor incansable de una madre, que no bastaría para demostrar en toda una vida quién era Fair Leonardo”, comenta Luz Marina. Admite que la denuncia de su muerte significó la revelación de una política sistemática criminal dentro del Estado. “La memoria de mi hijo no está en venta”, sentencia.
Su lucha no se desvincula del camino de la paz. Hizo parte de la delegación de víctimas que participó en el Proceso de Paz entre gobierno y FARC llevado a cabo en La Habana. Cree que “ha donado lo que le resta de vida para buscar la paz” y que el proceso se basa “en forjar caminos y destejer una guerra” para que la violencia no toque a sus nietos.
Foros como el de la Noviolencia en su quinta versión, realizado los días 27, 28 y 29 de marzo del presente año en la Universidad del Quindío, son para Luz Marina eventos que demuestran que la sociedad no es indiferente a los hechos de la guerra y a lo que se hace en pro de la paz. “Compartir mi experiencia es decir a las personas que me escuchan que sí podemos, que el cambio es posible a pesar del dolor, a partir de este trueque de ideas”.
Resalta que a través del arte se puede denunciar. “Veo que la poesía, la música, el teatro, el grafiti, el bordado, también son formas de denuncia y además juegan un papel fundamental para la consecución de la paz”. Forma parte de la obra ‘Antígonas tribunal de mujeres’ del grupo de teatro Tramaluna, en la cual se convierte el dolor en canto, danza, proyecciones y narraciones.
Opina que la paz no se reduce a la implementación de ciertos acuerdos y que la verdad, la denuncia y la memoria son claves. Define a las Madres de Soacha como un punto emblemático en la historia colombiana, son “madres con dignidad y fortaleza”.
Fotos cortesía:
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ONU Mujeres Colombia